
Hacía días que consultábamos con Diego Moscato, el ilustrador, acerca de qué íbamos a hacer allí, para prepararnos a compartir con los niñ@s el proceso de creación del libro. Las respuestas eran escuetas y casi que estábamos preocupados, pero comprendimos después que querían sorprendernos y vaya que lo hicieron.
No es mucha mi experiencia en visitas a escuelas y no son muchas las escuelas que elijan un libro de poesía en educación inicial, saliendo de la seguridad de la rima, y arriesgándose a la cadencia lenta de este poema narrativo que sin llegar a serlo en la teoría, nos trasporta al clima del haiku.
Para no estar fuera de tono, la lluvia nos acompañó hasta Florencio Varela a compartir el camino de lectura de todo turno mañana y turno tarde de salas de 3, 4 y 5 años.


Cada sala, cada pasillo, cada pared, con un abordaje sobre la obra. Desde la plástica, desde la biología, desde los tipos textuales, desde cada arista que abriera al juego, o que simplemente abriera.

Graciela Montes en Ilusiones en conflicto de La frontera indómita, reflexionando sobre la relación Literatura y escuela, se pregunta ¿El contacto con la literatura en la escuela induce, prepara, ensancha, promueve, energiza, despierta el contacto con la literatura en la vida diaria?

Pero en esta delicada relación hay escuelas que sí saben. Que proponen la literatura como lo diverso, como lo casual, como lo gratuito. "La literatura acompañada por el arte todo, por el equipaje simbólico de la cultura y por el juego."
*Las fotos de los niños están autorizadas.
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