jueves, 31 de mayo de 2018

De vientos marinos y soplados


Ponencia presentada en las XVIII Jornadas La Literatura y la Escuela de Jitanjáfora, Mar del Plata 2018.

Mi llegada a la Lij no es académica, al menos con título en mano. Al provenir del ámbito de la comunicación y solo con algunos años de estudiante en el profesorado de Literatura, si me hubieran dicho que iba a escribir y exponer una ponencia sobre esta disciplina, no lo hubiera creído. Pero claro, no lo hice sola. Dios los cría y el viento los amontona.

Y será el viento del mar el que nos arremolinó, cuando este verano, a alguno de los ocho autores de este grupo se le ocurrió presentarnos en Jitanjáfora. 

Luego de nutricias reuniones (por todo lo que comimos mientras pensábamos) acerca de sobre qué hablar dentro de los temas propuestos, elegimos enmarcarnos en La promoción de la lectura más allá del ámbito escolar. Formas y ámbitos no convencionales en distintos contextos.¿Por qué? Porque decidimos contar el proceso de más de diez años en el que nos transformamos de talleristas en escritores, y de escritores en mediadores.

La ponencia se tituló Un coro en la Rivera. Coro, porque fuimos ocho voces, toda una ponencia coral. Rivera, con ve corta, por nuestra maestra Iris Rivera, que todo el santo tiempo nos aguijonea para no quedarnos en la orilla, para correr los márgenes, para estirarnos siempre un poco más, como la ola que moja cada vez más lejos la arena.
María Gabriela Beziti, Nilda Lacabe, Paula Lertora, Walter Martínez, Cristina Peuscovich, Luciana Schwarzman, Gabriela Vidal y yo, contamos nuestras diversas experiencias, en escuelas, jardines, dentro y fuera del aula, talleres, bibliotecas; para grandes, para jóvenes, para chicos; de escritura, de lectura, de todo y para todos.

La alegría reinante cuando la ponencia fue aceptada perduró mientras corregíamos, preparábamos la presentación, elegíamos a los ponentes y practicábamos... Creció hasta el fin de semana de abril, que cual viaje de egresados, todos partimos a Mardel.





Es verdad que con ocho experiencias, la ponencia nos quedó apretada en el papel, y larga y finalmente interrumpida en Mar del Plata, por los tiempos cronometrados del programa de las jornadas. La sal del mar en la boca, un poroto al lado del gusto a poco que nos quedó después de tanto trabajo y logística.
Pero otra vez nos impulsó el soplo de la Rivera, que propuso exponerla en otro lugar, completa y con el tiempo que el trabajo merecía.


Y de soplos se trataba nomás, porque bajo idea de Iris, nuestra compañera de talleres y amiga, Verónica Hallac, nos abrió generosamente las puertas de su preciosa librería Soplavientos 
como anfitriona de lujo.


Hicimos una convocatoria abierta a docentes, estudiantes, bibliotecarios y todo adulto interesado en hacer que los libros para niñ@s y jóvenes se encuentren con más lectores. 
Repetimos entonces, con gente querida, con gente nueva, y con el tiempo como invitado principal.

Nuestros libros especialmente expuestos en la librería.




Agregamos lo que habíamos editado para Mar del Plata y más, pudimos hablar todos y cada uno, se abrió un espacio de preguntas e intercambio, y hasta comimos y tomamos cosas ricas (eso nunca dejamos de hacerlo).
Y así fue como nos encontramos primero animándonos a ser mediadores además de escritores. Después nos animamos a registrarlo y contarlo, y ahora nos animábamos a compartirlo, no una, sino dos veces. 

Será el viento, que nos amontonó primero y ahora esparce y multiplica lo que logramos juntos.

La ponencia completa pueden encontrarla aquí: 
https://drive.google.com/drive/u/1/folders/1FYvjuR5cJxrMT-SvgWA3oKaImSv7z8kA?ogsrc=32


















martes, 15 de mayo de 2018

Cuando la escuela se propone volar

Alguaciles en el Instituto Educativo de las Artes y las Ciencias María Elena Walsh 


Cuando antes de entrar, uno de los directivos de la escuela me dijo te vas a caer de "espaldas" -digámoslo así- refiriéndose a la muestra de trabajos del proyecto institucional que todo el jardín había hecho con mi libro Alguaciles, creí que exageraba.

Hacía días que consultábamos con Diego Moscato, el ilustrador, acerca de qué íbamos a hacer allí, para prepararnos a compartir con los niñ@s el proceso de creación del libro. Las respuestas eran escuetas y casi que estábamos preocupados, pero comprendimos después que querían sorprendernos y vaya que lo hicieron.

No es mucha mi experiencia en visitas a escuelas y no son muchas las escuelas que elijan un libro de poesía en educación inicial, saliendo de la seguridad de la rima, y arriesgándose a la cadencia lenta de este poema narrativo que sin llegar a serlo en la teoría, nos trasporta al clima del haiku.

Para no estar fuera de tono, la lluvia nos acompañó hasta Florencio Varela a compartir el camino de lectura de todo turno mañana y turno tarde de salas de 3, 4 y 5 años.

Lo que encontramos cuando llegamos es algo que difícilmente olvidaré. Cientos de niños en ambos turnos, vestidos de Alguaciles. No estaban disfrazados, eran alguaciles, me explicaron. Trajes comprados, fabricados, con materiales, con ingenio, con tiempo, con cariño, en el que padres e hijos participaron.

Cada sala, cada pasillo, cada pared, con un abordaje sobre la obra. Desde la plástica, desde la biología, desde los tipos textuales, desde cada arista que abriera al juego, o que simplemente abriera.


Estuvieron invitados y asistieron gran cantidad de padres y madres que acompañaron a sus hijos y con quienes compartimos una charla sobre mediación y poesía para seguir multiplicando prácticas y saberes sobre la experiencia poética en un enriquecedor intercambio.

Graciela Montes en Ilusiones en conflicto de La frontera indómita, reflexionando sobre la relación Literatura y escuela, se pregunta ¿El contacto con la literatura en la escuela induce, prepara, ensancha, promueve, energiza, despierta el contacto con la literatura en la vida diaria?
(...) A la escuela la sorprende y la sobresalta la literatura, no sabe bien dónde ponerla, qué hacer con ella; a veces parece que la llevara en brazos como un paquete engorroso, trastabillando con él, dejándolo caer un poquito por cualquier sitio.

Pero en esta delicada relación hay escuelas que sí saben. Que proponen la literatura como lo diverso, como lo casual, como lo gratuito. "La literatura acompañada por el arte todo, por el equipaje simbólico de la cultura y por el juego."






 *Las fotos de los niños están autorizadas.